Cuando hablamos de aceite de oliva, muchas veces escuchamos términos como virgen o virgen

extra. Pueden sonar parecidos, pero en realidad marcan una diferencia clave en la calidad, el

sabor y hasta en la experiencia gastronómica. Entender esta diferencia no solo ayuda a elegir

mejor en la cocina, sino también a apreciar el enorme trabajo que hay detrás de cada gota de

buen aceite.

¿Qué es el aceite de oliva virgen?

El aceite de oliva virgen es un aceite que se obtiene únicamente de aceitunas, sin procesos

químicos y solo a través de procedimientos mecánicos. Esto ya lo convierte en un producto

natural y saludable, podríamos decir que es un “Zumo de Aceitunas”

Sin embargo, dentro de este grupo no todos los aceites son iguales: el virgen puede presentar

pequeños defectos en aroma o sabor. Estos defectos no lo hacen malo para la salud, pero sí lo

sitúan un escalón por debajo del virgen extra en cuanto a calidad sensorial.

En términos técnicos, el aceite virgen tiene una acidez máxima de 2º. La acidez no significa que

el aceite “sepa ácido”, sino que es un indicador de su estado de conservación y del cuidado en

la recolección y el proceso.

¿Y qué lo diferencia del aceite de oliva virgen extra?

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es la máxima categoría de los aceites de oliva. Para

obtener esta calificación, el aceite debe cumplir dos requisitos principales:

1. Acidez inferior a 0,8º: esto indica que la aceituna se ha recogido en perfecto estado y

que el proceso de elaboración ha sido impecable. Además de la acidez existen otros

parámetros físico-químicos que también tiene que cumplir.

2. Ausencia de defectos sensoriales: en una cata profesional, el AOVE debe presentar

solo atributos positivos, como frutado, amargo o picante, pero ningún defecto.

En resumen: el virgen extra es siempre de la más alta calidad, tanto en lo que respecta al sabor

como a su pureza. Es el aceite que mejor conserva los aromas de la aceituna y las propiedades

saludables que lo convierten en un superalimento.

Diferencias principales en la mesa

Sabor y aroma: el virgen extra es mucho más complejo, con matices que pueden

recordar a hierba fresca, tomate, almendra o incluso plátano verde, según la variedad y

el momento de la cosecha. El virgen, en cambio, es más plano y puede tener algún

defecto leve.

Uso en cocina: ambos aceites son saludables, pero el virgen extra se recomienda para

ensaladas, tostadas o platos donde quieras disfrutar del sabor auténtico del aceite. El

virgen se suele destinar más a guisos o frituras, donde el matiz no es tan protagonista.

Precio y exclusividad: el virgen extra suele ser más caro porque requiere un mayor

cuidado en la cosecha y elaboración, pero también es una inversión en salud y disfrute

gastronómico.

El caso de O-Med: tradición y vanguardia en un mismo aceite.

En O-Med, llevamos años trabajando para que nuestros aceites de oliva virgen extra estén

siempre en la categoría más alta. Apostamos por una cosecha temprana, donde las aceitunas

se recogen en su mejor momento para conservar al máximo sus aromas y beneficios.

Utilizamos extracción en frío a menos de 20º, lo que garantiza que el aceite no pierda ni una

pizca de su frescura natural. Además, hemos apostado por la sostenibilidad, aprovechando los

huesos de aceituna como fuente de energía para que la almazara funcione de forma

autosuficiente.

Nuestro compromiso no se queda ahí: cuidamos cada detalle, desde el diseño exclusivo de los

envases hasta el uso de vidrio y cartón reciclable.

Puedes consultar nuestros productos en nuestra tienda online.

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